Ciclistas cicloconvocadas
Crónica fotográfica
Oaxaca de Juárez y Santa Cruz Xoxocotlán, 7 de marzo de 2023.
El martes 07 de marzo de 2023, decenas de mujeres diversas y cicloconvocadas tomamos las calles de Oaxaca para exigir a las autoridades un alto a la violencia vial y a la violencia contra las mujeres. La rodada inició en el Parque Juárez El Llano, se dirigió a la Biciblanca de Gabi Soto, en Santa Cruz Xoxocotlán, y terminó en Plaza de la Danza.
En El Llano, las manifestantes realizamos consignas y colocamos banderas en nuestras bicis con los nombres de mujeres ciclistas víctimas de accidentes de tráfico: Marisol Casillas Chávez, Montserrat Paredes, María Fernanda Peña, Fernanda Ordonez y Gabriela Soto. Antes de salir, una manifestante mostró técnicas de autodefensa desde la bicicleta, pues ella recibe agresiones de forma cotidiana por defender el derecho de todas a la movilidad. Mientras algunas adornábamos nuestras bicis con listones, otras llevaron sus herramientas y revisaron las bicis de quienes lo necesitaban. Por último, se acordaron los roles para la rodada (la guía, bloqueadoras y barredoras), y se señaló al triciclo que llevaría música, agua potable y material de primeros auxilios.
Una rodada va más allá que un trayecto colectivo en bici: es una forma de acompañarnos y salir juntas a tomar las calles, en un entorno que nos es doblemente hostil, como mujeres y como ciclistas. Antes de partir, la guía se dirigió a nosotras: “Si alguna tiene problemas con la bici, todas paramos, todas esperamos, y seguimos juntas”.
Además, esta rodada protesta fue una acción cicloconvocada, de todas para todas, y sin todas no habría existido. “El feminismo es horizontal aunque cueste trabajo lograrlo e imaginarlo”, comentó una manifestante.
En diferentes puntos de la ciudad, leímos el manifiesto de la Rodada #8M.
“Al salir en bici vivimos agresiones callejeras, nos gritan e insultan, cometen más faltas viales y hasta se burlan, valen más su prisa o sus juegos que nuestras vidas; estamos agotadas de defender nuestra vida a cada pedaleada. Queremos vivir, no sobrevivir. En las calles queremos ser libres, no valientes.
A pesar de todas estas adversidades, las mujeres pedaleamos con nuestra cuerpa territorio y nos reconocemos en ella desplazándonos con nuestros propios músculos como motor, usando y desarrollando nuestra fortaleza, avanzando por aquelarres nocturnos, conociendo la tierra, mirando sus colores, respirando vientos frescos, observandonos en otras mujeres de piernas fuertes, alegres, libres y abiertas. Conformamos la gran mayoría de los activismos ambientales, y materializamos la posibilidad de transportarnos de forma ecológica, autónoma y responsable.”
La rodada exigió una movilidad segura para todas en la Fiscalía General del Estado de Oaxaca. En el 2019, el proyecto Ni una muerte vial registró 450 víctimas ciclistas en todo el país, el doble del registrado en cifras oficiales. Estas muertes se pueden prevenir a través de una infraestructura ciclista adecuada y educación vial obligatoria para los conductores de vehículos motorizados. Y si bien se han realizado tramos de ciclovías en Oaxaca, se encuentran en gran parte en el centro y zonas residenciales de la ciudad, cuando hay un número elevado de ciclistas que atravesamos diariamente las periferias de la ciudad.
Atravesamos el periférico en dirección al boulevard, mientras las bloqueadoras se colocaron frente a los carros, pues ellas tuvieron el rol de parar el tráfico para que las demás pudieramos a travesar la calle de una forma segura. Unas cuarenta mujeres cruzamos del municipio de Oaxaca de Juárez hacia Xoxocotlán, entre colectivos, autobuses y carros privados. Una manifestante compartió: “Antes me movía en bici, pero la dejé hace cinco años por miedo. Está ahí, agarrando polvo. La rodada de hoy me hizo querer volver a usarla. Me vi atravesando el periférico y me sentí otra.”
La rodada paró en la bici blanca de Gabriela Soto para exigir justicia para ella y para todas las ciclistas asesinadas en el país. Su hermana, Esther Soto, compartió unas palabras: “Una bicicleta blanca como la que tenemos acá arriba se coloca para recordar a una o un ciclista que falleció en el lugar. Una ciclista que no pudo llegar a su casa. Una vida en movimiento que se vió frenada de manera imprevista. La bicicleta que tenemos acá arriba representa la bicicleta de Gabriela Soto. Además de ser pedagoga, era mi hermana. Un día el 18 de diciembre del 2020, un autobús de la línea de Zaachila Yoo venía echando carreras con un autobús de la misma línea. Gabriela venía en un carril que no está confinado para ciclistas, pero Gabriela tenía todo el derecho a transitar y a llegar con nosotros, su familia. Fue en este lugar en donde mi hermana cayó, y estuvo veinte minutos temiendo por su vida. Ella, que también fue paramédico de la Cruz Roja, no recibió la ayuda a tiempo porque la gente pensó que sólo la habían tirado, que Gabi se iba a levantar; pero mi hermana entró en un coma.”
Desde ese día, Esther Soto es activista por el derecho a la movilidad: “El miedo se me quitó cuando me quitaron a mi hermana. Yo no sabía andar en bicicleta, y ahora trato de bloquear las calles para que ahora puedan andar seguras.” Después de dos años de estar suspendido, el 13 de Marzo 2023 reanuda el juicio hacia el chofer que atropelló a Gabriela Soto.
Galería completa
Las calles son nuestras
Fotografía: © Adriana Chávez, 2023
Las calles son nuestras
Fotografía: © Diana Mar, 2023
Compartir esta historia
Colaboradoras: Ciclistas Cicloconvocadas de Oaxaca
Edición: María Ávila
Fotografía: Adriana Chávez y Diana Mar