Valles ciegos
Víctor Mortales
Ex Garita, Xoxocotlán, Oaxaca, 23 de abril de 2021.
Voy saliendo en la bicicleta desde la Ex Garita y cruzo el puente. El río huele. Atravieso el rancho Sangre de Cristo. Desde aquí, el cerro de San Juan Chapultepec me impone su sombra. Luego recorro la colonia Reforma Agraria y parte de la Alemán, que se encuentra en trabajos de mantenimiento del drenaje. Paso Símbolos Patrios para dirigirme a Trinidad de las Huertas y salgo por ROMA S.A. hacia cualquier destino del centro. Phebe Macrae me invitó a visitar La Trinidad (Andy Medina + Ricardo Ángeles). Yo llego un poco antes a la calle de Rayón. Y mientras encadeno la bici me doy cuenta de que este 23 de abril forma parte del semáforo verde epidemiológico, y que la pandemia se siente un poco menos pesada.
En La Trinidad muestran Stream Weavers de Estrid Lutz y David Broner. Elles presentan una instalación que inmediatamente exige: sin zapatos por favor. Exige estar ahí un momento y tornarse plástico, sentirse house-techno y neón, desdibujarse límites, crearse repeticiones. Un poco de enfoque antes de entrar fue buen ejercicio. Luego la luz se encendió. Luego golpeé mi cabeza con un ventilador LED. Luego seguí escuchando. Luego seguí pisando. Luego Phebe llegó. Luego salimos.
Decidimos pasar por una nieve en Santos Degollado esquina con Independencia.
—¡Qué bonitos ojos! ¿Usted no es de aquí verdad? —le dicen a Phebe.
—Pero tengo un novio más guapo —responde ella.
Seguimos.
—¡Tarde linda para andar en bici! —exclama Phebe.
Dejamos las bicicletas en Espacio Pino Suárez (Phebe Macrae + Marco Velasco). Una pensión gratuita por el día de hoy. Vamos hacia Matamoros 404 (Natalia Carrasco + Inari Reséndiz) y me doy cuenta que Phebe carga consigo una lista de oraciones-instrucciones para mantener la cordura. Las indicaciones, según recuerdo, son: a) existen más posibilidades que la dualidad, y b) dejar tranquilo a Marco. Esta lista se despliega desde su playera roja como una hoja de papiro y me dice que esos mensajes son importantes. Son 6:45, hemos llegado. Desde afuera se escucha una voz monótona y profunda.
Entramos a esta casa, a este complejo de cuartos cicatrizados. Aprovechamos y observamos antes que nadie Valles Ciegos. Cambio de escenario y las imágenes pasan a otro plano. Los materiales se vuelven relevantes. El espacio cobra fuerza y los pasos que doy retumban con ecos de una historia que se torna apocalíptica. Una carpeta gráfica se ha ido desplegando desde el pasado inmediato. La muestra ahora proyecta un futuro gris. Distopía. La historia de los lugares. Las posibilidades de Oaxaca enmarcadas por el momento de la ruina, por el sonido de lo mundano y por el brillo del grabado, del oficio artístico más tradicional, del papel y de la placa. Y noto que los reflejos se funden con las rayas de las paredes, los gestos de las líneas con la secuencia de ocres, con las capas de la pared y con los soportes del propio edificio. Una pregunta personal: ¿así se siente Oaxaca ahora? Me parece que estoy develando nuestros encuentros con este territorio/idea/lenguaje que es Oaxaca. Entonces regreso a la dinámica de este momento.
Inspiración para el pánico escénico. Marco Velasco, Inari Reséndiz, Natalia Carrasco y yo comentamos el proyecto brevemente ante un nutrido público. Y ahí están Diego Teo, Mónica Figueroa, Santiago Rojo, Julio Barrita, Rodrigo Treviño, Apolo Cacho, Phebe Macrae, Antonio Vásquez. Sólo faltan Alexia Zúñiga y Rubén Ojeda. Inauguramos y empieza a anochecer. Desde hace meses que no alzaba la voz. Escucho que se ha cansado mi voz. Y las de los demás. Y hacemos pláticas nuevas desplegando las mismas palabras. Y es posible entrar de nuevo a la sala y mirar las placas y el papel. Sentir el sonido y avistar una especie de pánico. Después, las charlas se concentran en este encuentro, en el espacio dentro del espacio. Río, montaña, territorio, identidad, amistad. De repente las imágenes se diluyen ¿Qué pasa cuando pensamos el centro desde el centro?
Salgo pasada la medianoche de Matamoros. Regreso por las llaves para recoger mi bici. Y mientras pedaleo me siento envuelto por la oscuridad, siento que yo he cambiado y que la idea de Oaxaca me recorre a mí en dos ruedas, que me ilumina con una pequeña linterna, que se pierde dentro de mi cuerpo, que otra vez ya no sabe cómo representarme.
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Redes de Víctor Mortales
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Víctor Mortales
Víctor Mortales (Oaxaca, 1985). Artista visual con formación en lingüística. El trabajo de Víctor Mortales se caracteriza por la observación de la naturaleza efímera del proceso creativo a través de la investigación de las relaciones entre el lenguaje, las ideas, la materia y la competencia. Su obra se sirve de diferentes medios como la fotografía, el dibujo, el vídeo y las acciones.
Mortales ha presentado su trabajo en diversas muestras internacionales, entre ellas en el Museo de Arte Moderno de Bahía y el Museo de Arte de Bahía ambos en Salvador, Brasil. Además trabajó en el 2016 como gestor cultural en la reapertura del Coati, el último proyecto de la arquitecta Lina Bo Bardi también en Salvador. Formó parte del Grupo de Estudios Benito Juárez en 2019 y actualmente Mortales colabora como profesor universitario de lingüística y de fotografía en la Universidad La Salle Oaxaca y es miembro del proyecto Casa Garita.