Ambiente familiar
Víctor Mortales
Ex Garita, Xoxocotlán, Oaxaca. 30 de abril de 2021.
Ha estado lloviendo pero las condiciones son ideales. Desde la ventana veo poco tráfico y pocos charcos. Tomo la bici e inmediatamente comienzo a acompañar el borde del río Atoyac. Recientemente realizaron trabajos de drenaje atrás de Santa Elena y sorprendentemente me encuentro un pequeño jardín. Piedras ordenadas en círculos concéntricos. Paso por debajo del puente centenario y luego recorro el exterior de la fábrica de triplay. Recuerdo el eventazo de Leprosy la semana pasada encuadrado por el abandono y la energía del sonido ¡Gracias Palestinos! (Adriana Chávez + Vidal Pineda). Ahora pedaleo por la extensión de la central de abastos. El desgaste, el desastre, el movimiento. Por aquí las ruedas de la bicicleta se sienten más duras. Las zona de San Juanito está muy movida, son casi las 7 pm y hay muchos mototaxis entrando y saliendo de su estación a un costado del puente Valerio Trujano. Más trabajos de drenaje acompañan un paisaje desde el tercer mundo con el Cerro del Fortín al fondo. Cruzo el puente y entro en la central para luego acompañar las vías del ferrocarril hasta la plazuela Vicente Guerrero.
Comitiva Patronal de la Imagen (Nitzayé Hernández y Alberto Duarte) han invitado al Ambiente Familiar. Desde fuera escucho el sonido de Dj Diablito Loco (Calinche + Rvpestre). Son las 7:15 y poco quiero recordar de la espera bajo el tremendo sol que Alexia Zúñiga, yo y por lo menos un par de miles de profesores realizamos el día de hoy en el centro de convenciones. Estamos vacunados. Desde China nos mandaron CanSino (vacuna de una sola dosis para prevenir el COVID19). Nuestros gobernantes y jefes sindicalistas nos han prometido inmunidad. Por el momento me encuentro sin efectos secundarios aparentes y con la restricción de cero alcohol durante un mes. Guardo mi bici dentro del espacio.
-Carnal no estoy tomando- le digo a Alberto. –Entonces agarra malvaviscos y paletas- me responde efusivo. Todo lo guardo en la mochila. Luego desciendo un piso. Inmediatamente me recorre el calor, la luz, la tensión y la atención. ¿Cómo sabes que cuando entras en el espacio te involucras con los materiales? Cuando los pruebas, cuando los tomas, cuando preguntas por ellos. La nada casual coincidencia del festejo del día del niño es el mejor pretexto para estar aquí. Recuerdo mi cumpleaños 5. Globos, pastel y regalos repetidos. Me doy cuenta que aquí faltan los artistas-cumpleañeros. Me los señalan. Ellos festejan, comen, beben, ríen, bailan. Me muevo en el espacio y al llegar a último rincón del cuarto descubro que este festejo está inundado de lágrimas. En el centro, colgada, una Yemanjá mantiene el equilibro. Horas después le cuento de esta pieza a Alexia y me dice: –Por favor que no golpeen a la diosa, se va a enojar, ella no puede ser una piñata-. Pero esa fue mi interpretación, no la intención de los artistas. Regreso y continuo mi fantasía. Una diosa rigiendo sobre este mar de lágrimas. Y luego en el fondo de este mar, entre rayos de pastico y color descubro el origen de la música. Salgo un momento de la sala.
Piel de Engrudo es quien ha montado esta chamba. Los hermanos Amaya desde Soledad Etla me platican de su exploración de materiales, de sus relaciones con el trabajo, de su relación como hermanos. Me comentan de sus intereses por el lenguaje cotidiano y del cotidiano de ser familia. Veo la escultura del centro. –Me llaman la atención las chupadas de paleta- expreso. -Es un truco- me dicen. Y me siguen conduciendo por sus experiencias. Pero ya nos conocíamos virtualmente a través de redes sociales ¡Grata sorpresa! Finalmente estamos en vivo. Con su discurso me logran colocar en una posición dulce, me veo acompañado de plástico y de ilusión. Interrupción. Me pregunto cómo esta propuesta se vincula con el consumo, me pregunto cómo consumo mis festejos ¿será que el festejo es consumirse a uno mismo?. -Este festejo está dinamizado por la industria del azúcar– pienso para mis adentros. –Este festejo está denotado por el deseo, es nuestra primera muestra individual – me corrigen los artistas. Regresamos a la sala de exhibición. Confeti, globos, papel periódico, dulces y cerveza. Me parece que el espacio se ha reducido.
Ahora, todo el espacio se encuentra lleno. Pierdo un poco la mirada. Bailes, pláticas, risas e imágenes retumban en mi cabeza. Muevo a la gente para sacar la bici. Me voy. El camino de vuelta es apacible. Las luces se han encendido. La central disminuye su tráfico y aumenta su misterio. Mientras regreso miro el río. Sigue gritando. Huele, duele. Algo me ha afectado.
Compartir esta historia
Redes de Víctor Mortales
- @victormortales
- fuimoshumanos.wordpress.com
- vedmoga@gmail.com
Víctor Mortales
Víctor Mortales (Oaxaca, 1985). Artista visual con formación en lingüística. El trabajo de Víctor Mortales se caracteriza por la observación de la naturaleza efímera del proceso creativo a través de la investigación de las relaciones entre el lenguaje, las ideas, la materia y la competencia. Su obra se sirve de diferentes medios como la fotografía, el dibujo, el vídeo y las acciones.
Mortales ha presentado su trabajo en diversas muestras internacionales, entre ellas en el Museo de Arte Moderno de Bahía y el Museo de Arte de Bahía ambos en Salvador, Brasil. Además trabajó en el 2016 como gestor cultural en la reapertura del Coati, el último proyecto de la arquitecta Lina Bo Bardi también en Salvador. Formó parte del Grupo de Estudios Benito Juárez en 2019 y actualmente Mortales colabora como profesor universitario de lingüística y de fotografía en la Universidad La Salle Oaxaca y es miembro del proyecto Casa Garita.